La muerte no es una anomalía ni el suceso mas negativo, como la cultura moderna puede hacernos creer, sino la cosa mas natural del mundo, inseparable de - y tan natural como - su opuesto polar, el nacimiento. Recuerdalo cuando estés sentado junto a un moribundo. Estar presentes como testigo y compañero en la muerte de una persona amada es un gran privilegio y un acto sagrado. Cuando te sientes con la persona moribunda, no niegues ningún aspecto de esa experiencia. No niegues lo que esta ocurriendo ni niegues tus sentimientos. El reconocimiento de que no puedes hacer nada podría hacer que te sintieras impotente, triste o enfadado. Acepta lo que sientes. Después ve un paso mas allá: acepta que no puedes hacer nada, y acéptalo completamente. No controlas lo que esta pasando. Rindete profundamente a cada aspecto de la experiencia, tanto a tus sentimientos como a cualquier dolor o incomodidad que el moribundo pueda experimentar. Tu estado interno de rendición y la quietud que lo acompaña serán una gran ayuda para el moribundo que facilitara su transición. Si es necesario decir algo, las palabras brotaran de tu quietud interior. Pero serán secundarias. Con la quietud viene la bendición : La paz Regresiones Bird |